-Aburrido como está, el tipo se mete en el velorio con la ilusión de ligar un vasito de anís o café al menos. Cerca del ataúd, la reciente viuda se lamenta:
-Ay, José. Te van a llevar lejos de mí. Te van a llevar a un lugar lleno de tinieblas, donde no hay calor, comida ni agua ni nada.
El borracho se sorprende y grita:
-¡Sonamos! ¡Lo van a llevar a mi casa!