Un hombre bebía ensimismado su copa en la barra de la cantina.
El tabernero, hombre compasivo como casi todos los de su oficio, le preguntó:
– ¿Qué le sucede, amigo? ¿Por qué se ve tan triste?
Con acento pesaroso y la mirada perdida en el vacío respondió:
– Hoy se cumple un año de que perdí a mi amada esposa.
El cantinero se conmovió:
– Caramba, señor – declaró con sentimiento-. Lo acompaño en su pena.
– Sí, replicó el otro, afligido.¡Jamás olvidaré ese…….
¡¡¡JUEGO DE POKER!!!