Recién casados en el bosque
Una pareja de recién casados pasea por el bosque y de pronto encuentran una cabaña de aspecto antiguo muy elegante, pero que parece estar abandonada y llena de misterio.
Los esposos no resisten la curiosidad y se acercan y encuentran que la puerta está abierta. Se miran y sin decir una palabra deciden entrar a curiosear.
El interior está muy oscuro y cuando están tratando de encontrar una luz, sienten el ruido de un cristal que se rompe contra el piso, e inmediatamente se ilumina casa y ven una botella rota en el piso y frente a ellos, sentado en un cómodo sillón, a un hombre de aspecto distinguido.
– Discúlpenos señor -dice el marido- Creímos que era una casa abandonada y no resistimos la tentación de entrar.
– No hay nada que disculpar -Contesta el hombre del sillón-. Lo contrario, debo darles la gracias, la botella que acaban de romper fue mi prisión durante miles de años y ustedes acaban de liberarme.
– ¡Quiere decir que usted es un genio? -pregunta la chica un poco incrédula.
– Si, soy un Genio, y por haberme liberado puedo hacer cumplir tres deseos, uno para cada uno; primero la dama, enseguida el caballero, y por último yo. Pero debo advertirles que si alguno de los deseos no se cumple, los otros dos jamás se realizarán.
– Fabuloso! -dice la Dama-. Yo deseo viajar por todo el mundo en compañía de mi esposo por el resto de mi vida.
– Yo deseo tener mi cartera llena de dólares, todos los días durante el resto de mi vida -dice el marido.
– Perfecto, ya están concedidos sus deseos – Dice el Genio extendiendo sus brazos en dirección a ellos.
Los dos esposos se abrazan emocionados, luego miran al genio y la chica pregunta:
– Señor Genio, ¿y su deseo cual es?
Desde su sillón el genio observa detenidamente a la hermosa chica y dice:
– A mi encerraron en esa botella para evitar que me acostara con la mujer de mi vida; por eso durante los miles de años que estuve preso deseé tener sexo con la primera mujer que viera, así que mi deseo es acostarme contigo.
– Bueno mi amor -dice el marido-, considerando todo lo que vamos a tener, creo que lo que pide el señor Genio no es mucho, y además lo de él será una sola vez, y en cambio lo nuestro será para toda la vida.
Sin decir nada más y dándolo por aceptado, el genio toma a la chica por una mano y la conduce a una habitación, y está con ella algo más de cuatro horas.
Al terminar, mientras se bañan, el genio sonriente le pregunta a la dama:
– ¿Cuántos años tiene tu esposo?
– Treinta… -responde ella.
– ¿Y no crees que ya está como muy viejo para andar creyendo en GENIOS?
Chistes de matrimonios:
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- Donas y café.
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