– Un hombre llega al veterinario y le dice:
Doctor mi burro es muy flojo y apenas se mueve.
– Pues tome estos dos supositorios, el blanco seguramente ya le hará reaccionar, pero en caso de necesidad póngale el negro que es mucho más fuerte.
Al cabo de unos días se encuentra con el veterinario:
– Que tal? Funcionó el blanco?
– Ufff, si. Corría tanto el burro que me tuve que poner yo el negro para alcanzarle.