«Maicol se prepara para una cena crucial con la familia de su novia y decide hacer una parada en la farmacia. Sin embargo, sus pedidos de preservativos se multiplican y las expectativas se disparan, creando un giro hilarante en su encuentro con la familia de su novia.»
Amor, no sabía que eras tan tímido
Maicol tiene la primera cena con la familia de su novia; antes decide pasar por una farmacia:
– Oiga me da un preservativo, porque esta noche tengo la cena con la familia de mi novia, después de tres meses de salir con ella, y después de la cena, a ver si cae.
El farmacéutico va a buscar el preservativo, pero Maicol lo piensa mejor y dice:
– Mejor me pone dos porque esta chica tiene una hermana que no está nada mal e igual cae también.
El farmacéutico regresa por otro preservativo y Maicol dice:
– Bueno, mejor me va usted a dar tres porque la madre es una libidinosa que pone los cuernos a su marido, quizás quiera conmigo y me va a faltar condones.
Llega la hora de la cena y aquí tenemos al Maicol comiendo sin quitarse la gabardina, con el cuello subido, y la cabeza agachada.
Al acabar, cuando han salido de la casa, va la chica y le dice:
– ¡Amor, no sabía que eras tan tímido!
– Ni yo que tu padre era farmacéutico
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CONCLUSIÓN
- «En este chiste, la preparación exagerada de Maicol para la cena con la familia de su novia lleva a un desenlace cómico y embarazoso.
- La sorpresa de descubrir que el padre de su novia es el farmacéutico añade un toque de humor a la historia, resaltando cómo las expectativas exageradas pueden llevar a situaciones inesperadas y divertidas.»
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