– Dos amigos conversan:
– “Chico, estoy preocupado, mi esposa pierde la concentración y el interés cada vez que hacemos el amor, ¡y no sé que hacer, socio!”
– Al día siguiente, se encuentran los dos de nuevo:
– “¿Y qué, cuéntame, cómo te fue con mi técnica?”
– “Ni me hables, estábamos haciendo el 69 cuando vi que ella se estaba desanimando; entonces, saqué la pistola y eché el tiro al aire: ¡casi me arranca el pipí de un mordisco! Para completar, del armario salió un negro desnudo, con las manos arriba, suplicando que no lo matara”.