– En la farmacia.
– ¿Me puede dar trabajo? Yo adivino qué van a comprar los clientes apenas los veo.
– Eso es imposible, si me convence lo contrato.
-A ver si adivina, ¿qué comprará este niño?
Una aspirina.
– Para sorpresa del dueño, el niño compra una aspirina.
-Eso fue pura suerte, y ahora ¿qué comprará este viejito que entra?
– Un reconstituyente.
– El viejito pide un reconstituyente.
– Si adivina otra vez está contratado.
– Esta mujer comprará una caja de toallas íntimas. La señorita pidió una caja de supositorios.
-¡Ja, perdió!
– Sí, pero por un par de centímetros.
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