En un manicomio hay un interno que se pasa el día con la oreja pegada a una pared.
Un día uno de los médicos decide averiguar que es lo
que esta escuchando, así que se acerca a la pared, se pone al lado del loco y al cabo de unos minutos dice :
– Pues yo no oigo nada.
– Ya lo se, esta pared ha estado callada desde hace tres años.