– Coja usted este bote (le da un bote) y me lo trae dentro de un par de
días con una muestra de esperma, para que podamos analizarla.
Al cabo de dos días, se presenta otra vez la pareja ante el médico, y el marido va con el bote vacío.
El médico exclama:
-¡Pero hombre! ¿No le dije que me trajera el
bote lleno? Así no puedo analizar nada…
Y dice el marido:
– Mire doctor: primero lo intenté con la derecha… Y
nada. Luego lo intenté con la izquierda… Tampoco. Llamé a mi señora, que
lo intentó con la boca… Igual, no conseguimos nada. Vino mi suegra y lo
intentó con un trapo…
¡Nada, en dos días no ha habido forma de abrir el jodido bote!