En un cementerio
Dos mujeres viajan de noche a Madrid.
Después de un buen trecho sin mediar palabra, una exclama:
– No te puedes imaginar las ganas de mear que tengo!.
– Yo no quería decir nada -opina la otra- porque estamos llegando, pero tampoco puedo aguantar mas. Si encontramos un bar paramos.
Van pasando los kilómetros, y aumentando las ganas, pero el dichoso bar no ha aparecido.
Ante la urgencia de la situación deciden parar en el primer sitio que encuentren.
– ¡¡Un cementerio!!.
– No es el lugar más idóneo, aun menos de noche, pero…
Total, que cuando mas concentradas estaban las buenas de las señoras, se despierta el entierra muertos, por el ruido, y grita:
– ¿QUIEN ANDA AHÍ?
Tremendo susto. Ni bragas ni nada, allá corren las dueñas de dichas prendas, suben al coche y arrancan a 200. Llegan sanas y salvas.
Unos días después se encuentran los maridos de las dos mujeres, ambos con aspecto descuidado, ojeras, despeinados, la camisa arrugada, etc.. y ambos con cara de preocupación.
Habla uno:
– Sabes, sospecho que mi mujer me esta engañando.
– ¿Por qué?
– La otra noche llego a casa sin bragas.
– Yo no tengo dudas. Mi mujer me engaña. Esa misma noche llego sin bragas… y con una banda en el culo que ponía «tus amigos de Burgos no te olvidan».
Chistes buenos:
- Papá tacaño
- Psicoanalistas
- Niño confundido
- Cigarro de colores
- Dirección contraria
- Mujer en el psicólogo