– Era un viernes por la noche en la selva y el conejo se dirigía como todos los sábados a la casa de citas “salvaje”, tocó la puerta y le abrió la “tía pantera”:
– ¿Como estás?
– Bien “tía”, ¿que me puede ofrecer hoy? le dice el conejo.
– Hoy no hay mucho pero parece que la boa esta desocupada.
– El conejo sin mas remedio acepto, se sentó con la boa en la barra, la invitó un trago.
– Cuando lo tenía en la garganta la boa comenzó a pensar: el conejo siempre me invita tragos, me trata super bien y yo me lo estoy comiendo, mejor no me lo como dijo, comenzó a hacer arcadas para devolverlo y de repente el conejo salio volando por el aire, se pegó contra una muralla se levantó muy eufórico y grito:
– ¡Esas son chupadas de corneta !
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