-Dos niños están en la sala de espera de un laboratorio médico. Uno de ellos está llorando, y el otro le pregunta:
– ¿Por qué lloras?
– Es que vengo a un examen de sangre.
– ¿Y te da miedo?
– Sí, porque mi hermano me dijo que te pinchan la punta de un dedo con una aguja.
-Al oír esto, el otro se pone a llorar. El otro dice:
– Ah, ¿también vienes a un examen de sangre?
-El otro contesta entre lágrimas:
-No. Vengo a un examen de orina…
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