– La maestra está dando clase y, al subir el brazo para escribir en la pizarra, una de las pequeñas alumnas advierte que tiene pelos en la axila, y le pregunta:
– Maestra, ¿qué es eso que usted tiene debajo del brazo?
– Esto es un gatito, mi amor. Cuando seas grande vas a tener gatitos por aquí y gatitos por allá.
– Un día al bañarse notó que tenía pelos en la entrepierna, y empezó a gritar:
– ¡Abuela, abuela! Mirá, ¡tengo un gatito!
– La abuela respondió:
– Ah, mirá, ¡yo también tengo un gatito!
– Y alzándose el vestido le enseñó su “gatito” a la niñita, quien al verlo bien exclamó:
– Pero abuela ¡ese gatito tiene la lengua fuera…
– Y la abuelita respondió:
– Y sí mija, ¡no sabes los palos que recibió este gato!
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