Iba un loco paseando por el psiquiátrico con una piedra atada a una cuerda. En ese momento se le acerca el director del centro, que ya estaba harto de tanto loco, y le pregunta:
– Que, paseando al perrito, ¿no?.
– Pero que perrito, no se da cuenta de que es una piedra?
– Muy bien, muy bien, para que vea que nosotros somos sensibles a las mejoras de nuestros pacientes le voy a dejar en libertad.
El loco sale a la calle con su piedra y vuelve la cabeza y dice:
– Ves lo que te dije, firulais, si no ladrabas les engañaríamos.