Suerte que fui al coche

Después de casi un año de salir con mi novia, nos estamos preparando para casarnos el próximo mes. Mi futura suegra es increíble, además de ser increíblemente atractiva. Ella se ha encargado de organizar toda la boda: la iglesia, la música, el fotógrafo, el banquete, las flores, ¡todo!

Recientemente, me llamó y me pidió que fuera a su casa para revisar la lista de invitados y reducir algunos de mi lado, ya que estábamos superando nuestras previsiones. Después de revisar la lista, logramos reducir el número justo por debajo de ciento cincuenta invitados.

Entonces, me dejó boquiabierto al decirme que siempre me había parecido atractivo y que, antes de que me casara el próximo mes, quería tener un momento «salvaje» conmigo. Caminó hacia el dormitorio y me susurró que sabía cómo salir si no estaba interesado.

Me quedé de pie, atónito, durante unos minutos, tratando de asimilar la situación. Finalmente, tomé una decisión y me dirigí corriendo hacia la puerta, saliendo a la calle. ¡Pero justo afuera, apoyado en el capó de mi coche, estaba su marido, sonriendo!

El hombre se me acercó y, con una sonrisa en el rostro, me explicó que solo querían asegurarse de que su querida hija se casara con el hombre adecuado. Parece que habían ideado esta pequeña «prueba» para ponerme a prueba, y yo la superé con éxito. Me tomó del hombro y me abrazó, dejándome sin palabras.

CONCLUSIÓN:

Menos mal que tenía los -p r e s e r v a t i v o s-  en el coche, ¡porque si los hubiera tenido encima en ese momento…!