Fósforos en la mesa de la noche
Después de una larga y tendida sesión amorosa en el departamento de ella, el joven se da la vuelta, saca un cigarrillo y busca su encendedor.
Como no lo encuentra, le pregunta a su compañera si tiene uno a la mano.
– Debe haber algunos fósforos en el la mesa de noche, responde ella.
El abre el cajón y encuentra la cajita de fósforos… al lado de la foto de un hombre.
Naturalmente, el joven se preocupa y pregunta:
– ¿Es tu esposo?
– No, tontito, responde ella acurrucándose amorosamente.
– ¿Tú enamorado?
– No, para nada, dice ella, mordisqueándole la orejita.
– Bueno, ¿Quién es él, entonces?, pregunta el desconcertado muchacho.
Serenamente, la chica responde:
– Soy yo. Antes de la operación
Chistes buenos:
- Hombre tacaño
- Padre miserable
- Cobro de cheque
- Siempre falta algo
- Tacaño hasta la muerte
- Cuerpo sensacionalmente