Todas las mañanas, un señor entra en un estanco , enciende un habano en el mechero de gas puesto a disposición de los clientes y sale sin comprar nada.
Después de un mes, el propietario del local se dirige al molesto señor:
– ¿se puede saber quién es usted y qué hace aquí?
– Pero ¿cómo? contesta cándidamente el otro.
¿No me conoce? Soy el señor que todas las mañanas entra en su tienda para encender el cigarro.
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