– Lo vamos a tener que arreglar con una mordida.
– Era una viejita que iba a toda velocidad y la detiene un policía que le dice:
– ¡Abuelita!, su permiso de conducir.
– ¡Ay, hijito!, se me olvidó.
– Su identificación…
– ¡Ay, hijito!, se me olvidó.
– Su licencia….
-¡Ay, hijito, se me olvido!.
– Entonces, el policía se acerca a la dama y le propone:
– Lo vamos a tener que arreglar con una mordida.
– ¡Ay, hijito!, será para después. Porque ¡la dentadura también se me olvidó!.